Niño se salvó haciéndose el muerto

Masacres en Siria La dramática situación en Siria se resumió esta semana en la carita de un chico de 11 años llamado Alí el-Sayed. Su familia fue asesinada cruelmente en la masacre del fin de semana pasado en Houla, provincia de Homs, pero el pequeño pudo sobrevivir porque se cubrió de sangre de su hermano y se hizo el muerto. Así engañó a los milicianos del régimen que ejecutaron uno por uno a todos los que estaban en la vivienda. En la masacre de Houla murieron al menos 108 civiles, casi la mitad de ellos niños, cuando fuerzas militares arrasaron la población. Después de bombardeos con morteros, ingresaron a lugar milicianos con largas barbas y cabezas rasuradas conocidos como “shabiha”, asesinando a tiros y puñaladas a los opositores. Cuando comenzó la matanza, Alí se arrojó al suelo . “Me embadurné con sangre de mi hermano y me hice el muerto”, contó con voz firme ante las cámaras de los canales árabes, cinco días después. En ese cruel ataque el chico perdió a los padres y a sus cuatro hermanos. El muerto más joven de la familia fue Nader, de 6 años, cuyo cadáver presentaba dos orificios de bala, uno en la cabeza y otro en la espalda, lo que muestra el grado de brutalidad que se vive en Siria. Los investigadores de la ONU y testigos oculares culpan de la matanza de Houla a los milicianos del gobierno. Reclutados entre las filas de la comunidad alauita, que detenta el poder, los “shabiha” permiten al régimen distanciarse de la responsabilidad directa de los asesinatos, torturas y ataques revanchistas.